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domingo, 11 de mayo de 2025

 La hora más oscura no es la de la noche: es la del alma cuando ya no cree en nadie. Fue en Arcos de la Frontera, mientras el cielo andaluz se abría en silencio como una herida antigua, donde todo comenzó a resquebrajarse. Nadie lo supo entonces —ni el rey, ni los espías, ni siquiera los traidores que se creían a salvo en sus palacios de cristal—, pero en el rincón más improbable de España, el pasado, el presente y el futuro estaban a punto de colisionar con una violencia que haría temblar los cimientos de la nación. Un agente del CNI caminaba por una callejuela empedrada, llevando en el bolsillo interior de su chaqueta un secreto capaz de hacer caer a una monarquía. En Madrid, una reunión de urgencia entre generales, obispos y empresarios sellaba un pacto que olía a incienso y pólvora. Y en Roma, muy cerca del Vaticano, alguien pulsaba un botón que desencadenaría un juego de traiciones milenarias. En esta historia, nadie es quien parece. Y lo que creías saber, tan solo es la superficie del abismo. Porque cuando el enemigo está en casa, las certezas se disuelven como tinta en agua bendita


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