a menudo me descubre con la mirada clavada en la sierra de grazalema en casa en la calle o incluso en una pausa del intenso trafico su recuerdo van creciendo lentamente en mi interior y entonces lo veo desperezandose derramandose a mitad de una ladera verde y frondosa de la sierra de grazalema como un ramito de flores blanca mientras el sol va descorriendo suavemente los visillo de la noche y despues y despues arcos de la frontera me recuerdo frente a la impresionante peña de arcos y el puente nuevo que une una ciudad partida en dos por un pequeño a fluente del rio guadalete el rio lete el rio del olvido la mesta de grazalema es el punto de inicio de mi viaje atraves de un espacio natural impresionante rodeado de misterio y de leyenda la serrania de arcos de la frontera recorrer arcos de la frontera es una peña como si fuera un pastel de hogldre relleno de merengue por encima que seria el curso del agua cerpenteando como una serpiente buscando su salida al mar mediterraneo y en el centro de la sierra de cadiz en un pueblecito llamado arcos de la frontera primer encuentro con la serrania mi recuerdo paseando por las calle empinada y sus cuesta de arcos de calles blancas y limpia que suben como las raices de una planta trepadora alrededor de los risco de una loma a la que llamaban la dorsal subiendo por la cuesta belen en busca de la plaza del gabildo donde nos encontramos la iglesia de santa maria del siglo XIV de su origen mudejar y caminando por sus calle estrecha blanca un lugar fresco que aun conserva ese aroma arabe que te cautiva y te enamora se decia que si la serrania de cadiz se habia conservado casi intacto su atractivo era a causa al aislamiento sin embrago la mera necesidad de mantener la poblacion que precisaba puesto de trabajo y de nuevas alternativa en este sentido recuerdo camine sin rumbo fijo y sin prisa por las calles blanca de arcos de la frontera entre el rumor de la gente y ruido de sus pasos al caminar por las calle y el suelo empedrado con el sinido de fondo de los pajaros los grito alegres de los crios jugando por todas parte y la sorprendeten callejon de las moja que parecia salir a mi encuentro esquina tras esquina en la fachada de la iglesia de estilo mudejar aunque no se sabe si es del siglo XIV o del XV pensando que mas me podia sorprender mi pueblo aquel ramito de flores blanca donde inicia mis recuerdo clame mi mirada en el impresionante paisaje de la peña de arcos aquella sierra de cadis y me perdi en el para llegar a arcos de la frontera hay que perderse en la sierra de grazalema por una carretera que se abre entre viejos alcornoque encian y olivos que se pierden en el fondo del valle y en el pueblo del rio mas importante de la sierra de grazalema el guadalete donde mas se dan las zona de regadio mientra corre debido a orografia del terreno solo hay pequeño huerto escondido entre una exuberante vegetacion en la que encina y olivos y alcornoque quejido se confunde con madroño una variedad casi infinita de pequeñas planta que alfombra los senderos abierto a lo largo de camino en la sierra de grazalema en ese magico lugar me recuerdo siguiendo por el sendero en el que destacaban aqui y alla esos extraños arboles con el tronco desnudo como si alguien le hubiese quitado los calcetines los alcornoque o los chaparros como decian los serrano que sin la corcha parecian saludarte desde lo alto mirandole cai en la cuenta que lo mejor de el era que con ella podiamos aprender dos cosas la primera las propiedades y la forma de muchas planta de la que apena conocia sin nombre y la segunda para respetar mas aun bajo aquella nueva mirada el gran regalo de vida que la sierra de arcos de la frontera nos ofrecia en este caso para hacer una ensalada de olores
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