El Reino de Judá en hebreo מַמְלֶכֶת יְהוּדָה, Mamlejet Yehudá fue un estado del Levante mediterráneo durante la Edad de Hierro. Fue creado a partir de los territorios que formaban parte del Reino de Israel dominio que durante los reinados de Saúl, David y Salomón constituyó una monarquía unificada. Tras la muerte de Salomón, el territorio israelita fue dividido y del reino inicial surgieron otros dos: el Reino de Judá en su porción sur y otro reino, denominado una vez más Reino de Israel, pero abarcando solo la porción norte del territorio en cuestión. Establecido en Judea, el Reino de Judá suele también ser conocido como el Reino del Sur, para distinguirlo así de la otra monarquía, establecida en el norte, es decir, el Reino de Israel que comprendía Samaria y Galilea, y cuya existencia tuvo lugar en tiempos de la así denominada monarquía hebrea dividida.
El Reino de Judá nació como estado independiente algún tiempo después de la muerte del rey Salomón en CMXXVIII a.C.
Durante el siglo VII a.E.C., Jerusalén se convirtió en la capital del Reino de Judá, en medio de un gran auge de población y de poder. Acaso ello en parte se debiera al posible apoyo asirio, que veía en Judá un valioso vasallo proasirio y una importante fuente de aceite de oliva.
La prosperidad de Judá bajo el vasallaje asirio no exenta de momentos de enfrentamiento como la revuelta de Ezequías terminó con la caída del Imperio Asirio, cosa que disparó la lucha entre la Dinastía XXVI de Egipto y el Imperio Neobabilonio.
La situación de Judá en medio de la zona en disputa condujo a la destrucción del reino luego de la serie de campañas que tuvo lugar entre -DXCVII y -DLXXXII y a la que siguió el Cautiverio en Babilonia junto con el establecimiento de una provincia babilónica en el territorio de Judá
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