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lunes, 15 de febrero de 2016


La antigua tierra de Canaán, situada al suroeste del llamado Creciente Fértil, fue desde la antigüedad, tierra de tránsito y punto intermedio entre las florecientes civilizaciones del río Tigris y el Éufrates, por un lado, y el valle del Nilo por el otro. La región estuvo dividida en pequeñas ciudades-estado o reinos locales independientes, como Moab, Edom, Judá, Israel, Aram o Fenicia, que hubieron de hacer frente a las sucesivas invasiones tanto de imperios limítrofes (Egipto, Asiria o Babilonia), como de nómadas arábigos o los Pueblos del Mar como los filisteos. En esa tierra vieron la luz dos de los mayores hitos de la civilización occidental: el alfabeto semítico, origen de muchos alfabetos antiguos y modernos, y un monoteísmo del que proceden las religiones abrahámicas, extendiéndose ambos logros por todo Occidente. También vio nacer las primeras ciudades del mundo Jericó, hace siete mil años, en plena revolución neolítica, así como uno de los primeros puertos del mundo, la antigua Jaffa. La Tierra de Israel ha sido sagrada para el pueblo judío desde tiempos bíblicos, albergando los lugares más sagrados del judaísmo. De acuerdo con la Torá, fue prometida por Yahveh a los tres Patriarcas del pueblo judío como su patria algunos estudiosos han situado este período en los inicios del segundo milenio a. XXXIII En tiempos de Akenatón MCCCL a. C. existían numerosas tribus hebreas situadas en la ribera oriental del río Jordán, tratando de cruzarlo y asentarse en las tierras más fértiles de la ribera occidental. En los últimos tiempos de Ramsés II, con Canaán dividida entre egipcios e hititas, nuevas tribus hebreas llegaron a orillas del Jordán. Varias de ellas se aliaron para invadir Canaán, realizando esta coalición a la manera tribal, identificándose como los descendientes de los hijos de Jacob, Yisra'el, nieto del patriarca Abraham, por lo que se autodenominaron hijos de Israel. Estas tribus hebreas, que tenían el mismo origen que los amorreos y hablaban un dialecto de la misma lengua semítica que ya se hablaba en Canaán, cruzaron el río Jordán alrededor del año MCCXL a. C. y conquistaron Jericó, desde donde se extendieron por las regiones montañosas de la zona, adoptando el alfabeto semítico y muchos otros aspectos de la cultura cananea. Según la tradición, puesta en duda por algunos arqueólogos, a finales del siglo XI a. C. Saúl estableció el primero de una serie de reinos israelitas en Canaán, los cuales la gobernarían intermitentemente durante los siguientes mil años.XXXIV Hacia el año M a. C. se establecieron dos reinos, Israel y Judá, que llegaron a formar una monarquía unida en oposición militar a los filisteos y otros pueblos limítrofes. Según la historia tradicional basada en las Escrituras, este reino unificado fue gobernado por los reyes David y Salomón antes de su separación definitiva en el año CMXL a. C.; la estela de Tel Dan es aceptada generalmente como la más antigua y única hasta la fecha evidencia arqueológica de la existencia de la dinastía de David

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