También debemos a los romanos la división del día en porciones de tiempo, que ellos llamaban
horae. Pero en aquella época, las horas del días no duraban LX minutos. Nuestra hora actual
de LX minutos tiene su origen en la división de un día completo en XXIV partes igaules. Pero en la
época de los romanos sólo se dividía el tiempo en que había luz solar, es decir, el tiempo que
transcurría entre la salida y la puesta de sol. Esta franja de luz solar la dividían en XII horas. Por
este motivo, la duración de las horas romanas cambiaba según la época del aó. Por ejemplo,
en diciembre, en que el tiempo que hay luz solar es más corto, una hora duraba XLV minutos.
Pero en junio, cuando el tiempo de luz solar es más largo, una hora podía durar hasta LXXV
minutos. Las horas de la noche no se contaban pero se dividían en cuatro partes denominadas
vigilia relacionadas con los turnos de vigilancia de los campamentos militares.
http://adf.ly/1bkjoF
horae. Pero en aquella época, las horas del días no duraban LX minutos. Nuestra hora actual
de LX minutos tiene su origen en la división de un día completo en XXIV partes igaules. Pero en la
época de los romanos sólo se dividía el tiempo en que había luz solar, es decir, el tiempo que
transcurría entre la salida y la puesta de sol. Esta franja de luz solar la dividían en XII horas. Por
este motivo, la duración de las horas romanas cambiaba según la época del aó. Por ejemplo,
en diciembre, en que el tiempo que hay luz solar es más corto, una hora duraba XLV minutos.
Pero en junio, cuando el tiempo de luz solar es más largo, una hora podía durar hasta LXXV
minutos. Las horas de la noche no se contaban pero se dividían en cuatro partes denominadas
vigilia relacionadas con los turnos de vigilancia de los campamentos militares.
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