Páginas

viernes, 1 de julio de 2016

Entre los romanos, la profesión de abogado era altamente considerada. Pero entre el abogado
de la época romana y el abogado de hoy día, existe una diferencia esencial: el abogado de la
época romana no solía cobrar dinero a su defendido. Ejercía la abogacía, no por dinero, sino
para ganar influencia política. Hasta que el emperador Claudio estableció que los abogados
tuviesen derecho a unos honorarios, eso sí, con ciertos límites. Los abogados, entonces,
constituyeron una corporación para salvaguardar sus intereses colectivos y velar por el
correcto ejercicio de la abogacía, antecedente del actual Colegio de Abogados.




http://adf.ly/1bh8m7

No hay comentarios:

Publicar un comentario