Las supersticiones han existido desde el principio de los tiempos en todas las culturas. Pero
muchas de las supersticiones que tenemos hoy en día nos llegan directamente de nuestros
antepasados romanos. En la época romana las supersticiones coartaban la vida diaria.
Cualquier detalle se tomaba como un mal presagio, por lo que había que poner cuidado para
evitar que ocurriese un mal suceso. Por ejemplo, si un romano al salir de casa se tropezaba con
el umbral, ese día era mejor quedarse en casa; si cantaba un gallo durante un convite era
necesario hacer un conjuro, o abstenerse ese día de comer. El canto de u búho, una palabra
casualmente oída, que un perro negro entrase en la casa, un mal sueño, un ánfora de aceite
que se volcase por el suelo, eran cosas que la mayoría de nuestros antepasados romanos se
tomaban como un mal presagio.
http://adf.ly/1bkjoF
muchas de las supersticiones que tenemos hoy en día nos llegan directamente de nuestros
antepasados romanos. En la época romana las supersticiones coartaban la vida diaria.
Cualquier detalle se tomaba como un mal presagio, por lo que había que poner cuidado para
evitar que ocurriese un mal suceso. Por ejemplo, si un romano al salir de casa se tropezaba con
el umbral, ese día era mejor quedarse en casa; si cantaba un gallo durante un convite era
necesario hacer un conjuro, o abstenerse ese día de comer. El canto de u búho, una palabra
casualmente oída, que un perro negro entrase en la casa, un mal sueño, un ánfora de aceite
que se volcase por el suelo, eran cosas que la mayoría de nuestros antepasados romanos se
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